S.Veiga- Monforte
En 2003, un grupo de jugadores monfortinos de billar pusieron a andar el Club Templarios; su objetivo: poder practicar este deporte en condiciones óptimas, en instalaciones adecuadas para entrenar y, como resultado de ello, poder representar a Monforte en las distintas competiciones de esta especialidad deportiva. Desde entonces, cuando apenas eran 9 los jugadores que frecuentaban el Club y competían en categorías inferiores, han conseguido aglutinar un plantel de 26 jugadores presentes en todas las categorías nacionales. Poco tiempo y muchos logros que Andrés Varela Gómez, director deportivo y relaciones públicas del Club Billar Templarios, resume en el “gran avance” que supuso para los billaristas monfortinos contar con sede propia, “hasta entonces había que desplazarse a Lugo o a Ourense para poder acceder a los distintos campeonatos”. El resultado es que, a día de hoy, “aunque queda mucho trabajo por hacer, conseguimos situar a Monforte en el mapa billarístico”, afirma Andrés Varela. Un empeño que solo unos auténticos “templarios” del deporte podrían realizar; no en vano, los socios fundadores del Club escogieron esta denominación “con el propósito de transmitir los valores positivos que en su día transmitieron los caballeros templarios, como grandes promotores de la economía, las matemáticas y la arquitectura, además de su fama de grandes luchadores; trasladamos esta idea de esfuerzo y superación al Club, con la intención de ser auténticos promotores de nuestro deporte dentro de nuestro entorno, y formar a buenos jugadores”.
PRESENCIA EN CAMPEONATO MUNDIAL EN LAS VEGAS (EEUU)
Un empeño que, desde luego, está dando sus frutos, ya que “hoy es casi imposible no ver algún jugador del Club Templarios en los podiums de los principales torneos y competiciones de billar americano a nivel provincial, con representación todos los años también en campeonatos nacionales”, declara Andrés Varela. Son tantos los éxitos a nivel colectivo e individual que se hace complicado desglosar el palmarés de este activo Club Templarios; ya cuentan en su joven historial con campeones gallegos y con estupendos resultados en campeonatos de España, además de haber tenido jugadores en el Campeonato del Mundo de La Vegas (EEUU), y contar con representación en todas las categorías nacionales de billar americano.
CAPTACIÓN DE PATROCINIOS, SOCIOS Y NUEVOS JUGADORES
Excelente momento deportivo que, por desgracia, no va parejo a la situación económica; explica Varela que “a pesar de tener apoyo puntual por parte de la Federación y del Ayuntamiento de Monforte, no recibimos ningún tipo de ayuda económica de las instituciones, y todo es costeado por los propios miembros del Club”, de ahí que la captación de nuevos socios, jugadores, patrocinadores y apoyos institucionales resulte “imprescindible” para poder continuar con su actividad.
PERFIL DEL JUGADOR
Procedentes mayoritariamente de Monforte, aunque con miembros llegados de Sarria y Chantada, los jugadores del Club Billar se sitúan entre los 25 y los 35 años en su mayoría. Cuentan también con miembros mayores de 40 años, integrados en las categorías senior, pero reconocen que tienen “un gran déficit” entre el público menor de 25 años y escolares. El director deportivo del Club Templarios lo explica por el “desconocimiento que hay en la ciudad sobre este deporte, y que hoy en día el fútbol lo absorbe todo, más apoyado por las instituciones y por el público en general”. Para dar a conocer más este deporte, el Club Billar Templarios organiza un open en las fiestas patronales con jugadores de toda Galicia, un torneo en Navidad y, acoge regularmente las competiciones de liga tanto individual como por equipos; destacado fue el comienzo de la liga de billar Zona Sur de Lugo, celebrado por primera vez en Monforte, y la consecución de sede permanente de esta competición en la zona. Para el 2012, los “Templarios” se proponen comenzar a colaborar con las escuelas deportivas municipales, y acercar este deporte sin límite de edad. Un deporte que exige táctica, precisión, conocimiento y concentración: la fortaleza de un auténtico billarista.